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conformidad con las prescripciones Papales,se darán a
conocer todos los mensajes en esta hoja informativa sin
la intención de adelantarnos al juicio de la Iglesia
Caólica Romana. Solo para uso personal.
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Mensajes 2003
Sievernich, 3 de febrero del 2003
Alrededor de las
17.40 horas apareció la Madre de Dios aproximadamente unos 10
minutos. Durante
la aparición mantuve algún tiempo ambas manos en forma de copa.
Vi a la Madre de
Dios con una túnica blanca, tal como se puede ver en su imagen de la
Inmaculada Concepción, vestida toda de blanco.
Ella tiene un rosario en
sus manos hecho de rosas azules, éstas están juntas en oración. La
Santísima Virgen María está sobre el globo de la tierra. Ella me
dijo que las oraciones de los presentes le han enjugado sus lágrimas.
Además me dijo que juntara mis manos en forma de copa y que colocara
dentro de ellas mis intenciones y las de los presentes. Hice lo que
me dijo y la Virgen María tomó todas nuestras peticiones y las
estrechó contra su Inmaculado Corazón.
Acto seguido, la Virgen
Inmaculada puso una rosa en mis manos, éstas tenían la forma de una
copa. Ella me habló con una voz suave pero monitoria:
“¡Esta
vez no puedo evitar que el cáliz de mi Hijo se derrame sobre la
humanidad! Pero a vosotros os ampararé dentro de mi manto protector.
¡Orad, orad, orad!”
Finalmente, vi en la iglesia al difunto Padre Pío y luego también al
difunto Papa Pío XII.
El lunes 17 de
febrero del 2003 vi en la iglesia de Sievernich junto al finado
Papa Pío XII, a un joven de unos 12 años con un terno.
Más adelante, nuevamente
se me presentó aquel joven. Él llevaba un libro en su mano
izquierda, y con tres dedos de su mano derecha me mostraba el número
tres. Debido
a que yo no conocía aquel joven, lo describí a los presentes.
Una persona me nostró una
imagen de Domingo Savio e imnediatamente pude reconocer al joven
santo Domingo Savio.
También me enteré que él
fue el alumno preferido de Don Bosco y es patrón de la juventud.
El Papa Pío XII lo
proclamó santo en 1954. El 10 de marzo lo vi por tercera vez.
Sievernich, 10 de marzo del 2003
Vi
a la Virgen María como a la Inmaculada, vestida toda de blanco.
Ella tenía un
rosario en sus manos las que estaban juntas en oración. Ella flotaba
en el área del coro de la iglesia y estaba de pie sobre el globo de
la tierra.
Llorando me dijo:
“Lloro
por mis hijos, lloro por mis hijas. ¡Orad, orad, orad! Si la
humanidad no se convierte vendrá una guerra que traerá consigo
terribles consecuencias .”
La
Madre de Dios nos bendijo a todos, abrió su manto, a todos nos
cobijó con su manto protector. Debajo de la aparición de la
Santísima Virgen, más abajo y cerca de los niños, vi a santo Domingo
Savio. Él dijo:
“Hago un llamado a la juventud para que venga a esta iglesia.
No le impidáis el camino
hacia el Padre.”
Sievernich, 7 de abril del 2003
La
Madre de Dios salió de una una luz clara y ovalada y estuvo, como la
Inmaculada, vestida toda de blanco. Ella deseaba la adoración a
Jesús, su Hijo, en el Santísimo Sacramento del Altar. Ella dijo:
“Hoy
he venido a vosotros para distribuir las Gracias de mi Hijo Jesús.
La Bestia todavía tiene poder sobre la tierra. ¡Orad,orad, orad!”
Ella bendijo a todos los presentes y nos cubrió con su manto
protector. Finalmente, vi al difunto Papa Pío XII y a santo Domingo
Savio. Él estaba entre los niños, se dirigió hacia ellos y bendijo a
cada uno en particular.
Durante la adoración a Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar
del día lunes 19.05.2003, vi como una Hostia se transformó
repentinamente. Aparecieron varias manchas de sangre. Éstas duraron
algunos minutos.
Ahora veo como
aparece el rostro de Jesús sobre la Sagrada Hostia, tal como lo
conozco en la Sídone (Manto) de Turín.
Transcurrió cerca de un
minuto. Cerca de mis oidos escuché a Jesús que me hablaba. Su voz
era varonil, suave, comprensiva, muy clara, dulce, sencillamente,
maravillosa. Tan solo espero poder describir todo con fidelidad,
puesto que estoy escribiendo todo una vez terminada la adoración; a
pesar de ello, sus palabras quedaron profundamente grabadas en mi
alma y continúan aún presentes.
Él dijo:
“Te
saludo y te bendigo, mi pequeña flor.
¿Me reconoces? »
Le respondí: “Sí,
Señor. Tú eres Jesucristo, el Hijo de Dios, pero Tú nunca me has
hablado desde una Sagrada Hostia. Por lo menos, yo no puedo recordar
este hecho.”
Jesús dijo: “Así
lo quiero. Es necesario, Yo quiero estar contigo. Permanece fiel a
tu misión. Os
he enviado a mi Santísima Madre a esta iglesia; Yo la he enviado a
vosotros con Mis palabras, para que vosotros cumpláis todo, tal como
Yo lo quiero.
Escuchad sus palabras. Sus palabras son también mis palabras.
A ti te he elegido,
por ser una persona sencilla y normal para que, de esta manera, las
personas puedan reconocer, cómo Yo actúo, lo que es natural en ti y
lo que Yo te regalo.
Lo que Yo te regalo son
Gracias, éstas no son parte de tu naturaleza. Tu persona sencilla no
está en condiciones para Ellas.
A través de ti, las
personas podrán saber que Yo puedo venir a cada uno de vosotros, con
tan solo invitarme.
A todas las personas les
regalo la Salvación y Bendiciones. Mi Madre viene a vosotros y tú la
puedes ver, porque así lo deseo. Tu misión es la oración y el
diálogo con las personas, de esta manera, ellas me podrán encontrar
nuevamente de acuerdo a su propia voluntad. Condúcelas de regreso a
Mi Cuerpo, la Iglesia. Regálales, lo que tú has recibido de regalo,
mis Palabras, mi Santísima Madre María, las palabras del cielo. Este
es tu camino, permanece fiel a tu misión.
Aparta de ti todo lo
demás, pues Yo no quiero que tengas otras tareas aquí en la tierra
que no estén relacionadas a tu misión.
Yo no lo quiero. Renuncia
a ellas. Yo veo que tú necesitas ayuda y quién te ayude.
Ellas están destinadas
para eso. Tú tienes otro camino.
Mis
sacerdotes, mis sucesores, ¿Dónde estáis? Miradme, ¿Podríais
vosotros padecer por Mí? ¿Me amáis a Mí o seguís los placeres
mundanales?
Mis pequeños, antes de haber Yo puesto mis pies sobre la tierra, los
fariseos ya no amaban más a mi Padre.
Ellos estaban entregados
a los placeres sensuales y a la corrupción.
Ya no vivían la Palabra
de mi Padre. Ellos juzgaban a las personas y atrajeron el juicio
sobre sí mismos.
Mis pequeños, ¿Qué pasa en la actualidad? Antes de mi regreso en
gloria veo a mis sucesores. ¿Quién me ama todavía hoy? ¿Quién actúa
de acuerdo a mis Palabras? Durante mi vida sobre la tierra me
maltrataron y me martirizaron. Los fariseos no me ayudaron en
absoluto. Ellos añadieron su parte. ¿Qué pasa hoy? ¿Me aman mis
sacerdotes y me proclaman o me niegan deliberadamente.? Yo soy el
Amor mismo y ¿Cómo proceden ellos, mis sucesores? Contestaos
vosotros mismos, sucesores míos y examinaos en silencio. Yo conozco
a cada uno de vosotros y por esta razón, regalo mis Gracias, mis
Palabras, a los pequeños y humildes.
Debido a vuestros pecados
la Iglesia, mi Cuerpo, será maltratada en Alemania porque vosotros
ya no sois sinceros.
Yo os amo, os hago
un llamado, a vosotros mis sucesores, convertíos, regresad a Mí.
¡Amadme a Mí,
vuestro Señor, tal como Yo os amo! Dadme la mano, dádmela hoy mismo.
Este lugar ha sido reservado para Mi Madre.
Yo quiero que las
personas construyan un centro en este lugar, que esté al servicio de
la Iglesia, Mi Cuerpo, y de esta manera me servirán a Mí. Servid con
fidelidad y honradez a mi Padre que está en el cielo, a Mí, su Hijo
y a su Madre. Allá se deberá llevar a cabo lo que Yo os enseñé, lo
que dice la Iglesia.
En Mí, tus colaboradores
se deberán sentir protegidos contra las acechanzas y tentaciones del
enemigo. Tan solo
pide que oren. Por mi causa, cada uno de ellos relegará su propia
persona a segundo plano. Esta es la tarea de tus colaboradores. Si
permanecen fieles a Mí y a mi Madre, darán fruto en abundancia. Pero
ante todo piensa: Lo que Yo quiero sucederá, Yo triunfaré.”
El
lunes
02.06.2003,
fui a la cruz del jardín
en Sievernich, fue allí donde recibí las tres llaves de manos de la
Madre de Dios el día 7 de octubre del 2002.
Antes de ir a la iglesia
y mediante la oración, quise rendirle tributo en ese lugar. También
algunas personas ya se habían congregado allí.
De pronto, vi una
luz blanca, clara y brillante a lo lejos la que se me acercó
lentamente.
Aquella luz me cegó. Me salían lágrimas de los ojos e
inesperadamente algo fluía de mi naríz. Luego, esa luz oval y
brillante estuvo cerca de mí, delante del lugar donde se encontraba
la cruz. De esa hermosa luz, que estuvo acompañada de pequeñas nubes
y algo de niebla, salió la Madre de Dios como la Inmaculada. Con sus
pies tocaba la base de la cruz. Ella me bendijo a mí y a cada uno de
los presentes. A
continuación Ella dijo:
“Yo os
saludo y os bendigo en nombre de mi Hijo Jesús.”
A
lo que le respondí algo como:
“Yo te saludo, Santísima Virgen María.”
Ella dijo:
“Hoy he venido a regalarles las Gracias de mi Hijo Jesús. Orad,
orad, orad, para que en este lugar Yo pueda llenar los corazones con
las Gracias de mi Hijo Jesús.
En
oración le pedí por sanación y ayuda para varias personas, si así
Dios lo quería. Que Ella las socorra. Ella tomó mis peticiones y me
dijo que un hombre pronto sería recogido, y que una mujer recibiría
ayuda del cielo. Yo le dije tenía muchos problemas. Ella me dijo:
“Mi
pequeña perla de oración, no te preocupes.
Yo me encargaré de los
míos. Yo te he
llamado por ser una persona sencilla.”
(A
continuación sigió un mensaje personal)
“Yo lo deseo así, mi Hijo lo desea. Yo deseo que se contruya en este
lugar un centro al servicio de la fe.
Satanás expresará su
furia. Yo estoy contigo.”
A
lo que yo le respondí: “No, no puedo por ser una persona sencilla,
yo no lo puedo llevar a cabo. Yo necesito colaboradores y ayuda. ¿Ya
no me es todo muy difícil?
La Madre de Dios me
dijo: “Yo
te mandaré colaboradores y ayuda.
¡Tú tan solo ora!
En este lugar tú no
recibirás ninguna sanación para ti. Tu camino sobre la tierra estará
lleno de espinas.
Tú tan solo encontrarás tu felicidad conmigo en el cielo. Pero no te
olvides, pequeña mía, que sin sufrimientos no hay Gracias. Tú, tan
solo cumple fielmente tu misión, ¡no te preocupes.!”
Le
hablé sobre una señal y le pedí que la regalara lo más pronto
posible.
Ella tan solo sonrió y permaneció en silencio, por primera vez me di
cuenta de lo hermosa que era y el respeto que me inspiraba, por el
contrario, me di cuenta de mi pequeñez ¿Verdaderamente, me acabo de
dar cuenta de esto ahora o es que Ella es cada vez más hermosa?
En todo
caso, su aparición, su persona, es mucho más bella que todas sus
imágenes. Luego la
Madre se dirigió a la iglesia delante de mí. Todos la siguieron. En
la iglesia, Ella bendijo a todos los presentes y a los que estaban
afuera.
Sievernich, 14.07. 2003
Vi salir a la Virgen
María, como la Inmaculada, de una luz brillante.
Ella estaba flotando al
lado izquierdo del altar y vino hacia mí.
Se detuvo ante mí,
Ella tenía un rosario blanco en sus manos y el escapulario marrón
del Monte Carmelo (Virgen del Carmen).
Tras darme su bendición,
me dijo:
“Querida hija, te saludo y te bendigo en nombre de mi amado y divino
Hijo Jesucristo. ¡Ora, ora, ora! Permanece fiel y perseverante. Yo
te allano el camino que te conduce a mi Hijo Jesús. Muchos
sacerdotes no creen más en mi venida y niegan a mi Hijo Jesús. Ellos
están en contra tuya, porque también están en contra de mi Hijo.
Ellos hieren diariamente a mi Corazón. Permanece perseverante y no
permitas que te aparten del camino que te he trazado. Yo he venido
para regalarte la bendición de mi Hijo Jesús. Yo he elegido esta
iglesia.
¡Hago un llamado a todas las naciones para que vengan a mí.!”
Sievernich, 01.09.2003
La
Madre de Dios apareció como la Inmaculada en Sievernich.
(A
continuación sigió un mensaje personal.)
Ella me dijo:
“Permanece obediente a tu iglesia. Te regalo la fortaleza del
cielo.”
Ella bendijo a las personas que estaban tanto dentro como fuera de
la iglesia y a los rosarios.
(Sigió un mensaje personal.)
Sievernich, 6.10.2003
La Madre de Dios
vino como la Inmaculada con un rosario y el escapulario del Monte
Carmenlo (Virgen del Carmen). Ella apareció como siempre, y desde mi
punto de vista, al lado izquierdo del altar y estaba suspendida
sobre una nube, luego se dirigió hacia nosotros.
Ella nos bendijo a todos
y dejó que yo besara su escapulario.
(A
continuación sigió un mensaje personal.)
Ella prometió protegerme y ayudarme. Le pedí una señal.
Sievernich, 20.10.2003
Durante el rezo del rosario en la iglesia de Sievernich, vi venir
hacia mí a la Madre de Dios, como la Inmaculada, flotando en el aire
y dentro de una luz.
Ella tenía un
rosario en sus manos y el escapulario del Monte Carmelo (Virgen del
Carmen). Ella
sonrió, me consoló y dijo:
“¡Amad, ofreced, orad pero también actuad!”
Ella sujetó su escapulario junto con mi rosario y se dirigió a todos
los presentes, tocando con su escapulario el rosario de cada uno. La
Santísima Virgen María estaba acompañada del Arcángel san Miguel,
quien apareció poco antes que Ella en la iglesia. Él llevaba una
túnica blanca y una espada, ésta la dejó por un momento sobre el
piso delante de Él.
Sievernich, 27.10.2003
Una vez
concluido el rezo del rosario en la iglesia de Sievernich, apareció
la Madre de Dios como la Inmaculada.
Primeramente vi la bellísima luz
en forma oval y luego a la Madre de Dios.
Ella flotaba en el aire, desde mi
punto de vista, al lado izquierdo junto al
altar.
En sus manos tenía un rosario y
el escapulario del Monte Carmelo (Virgen del Carmen).
Ella dijo:
“¡Orad, orad, orad!”
Ella bendijo a todos los presentes.
(Sigió un mensaje personal.)
Luego le encomendé a dos enfermos, a todos los presentes y a mi
familia. Ella rezó brevemente
Sievernich, 3.11.2003
Durante la oración se me apareció la Madre de Dios como la
Inmaculada. Ella tenía en sus brazos al Niño Jesús a la edad de un
año y medio. Ambos tenían una corona dorada. El Niño Jesús llevaba
una túnica blanca. Él nos bendijo.
(Siguió
un mensaje personal.)
Yo estuve tan
embelezada de su amor que de repente me di cuenta que todo lo que
sucedía, estaba de acuerdo con su plan.
Me tranquilicé, su plan
se llevará a cabo. Ahora, la aparición se transformó en un sol en el
medio de la iglesia.
Luego, vi a la
Inmculada sola con un rosario y el escapulario del Monte Carmelo (Virgen
del Carmen). Ella
me permitió que lo besara, luego me lo impuso sobre la cabeza a mí y
a todos los presentes.
El
22.11.2003 rezaba ante la imagen dela Inmaculada. Le dije:
“Querida Virgen, ya he sufrido bastante, he aceptado muchas
dificultades. Por favor, por favor, aún cuando no haya llegado el
momento de dejar tu señal en Sievernich, por favor regálame una
pequeña señal... para que todos la puedan ver y que no sea peligrosa.
Pues si Tú te revelases muchos no lo podrían soportar.”Apenas había
terminado de hablar cuando la imagen se transformó.
Los rayos que están en el
fondo de la imagen de la Madre de Dios empezaron a girar en círculo.
Ella se adelantó
un poco y escuché que dijo la palabra “Señal” Yo continué rezando. A
día siguiente, Fiesta de Jesucristo Rey, el 23.11.2003,
alrededor delas 15.00 horas, vi en un determinado lugar sobre el
césped, la luz de la Madre de Dios. Cuando la luz hubo desaparecido,
encontré en el césped un círculo visible con un diámetro de 2 metros
con 30 centímetros. El césped no había sufrido ningún daño. La
hierba alrededor de éste era de un color verde natural, por el
contrario, el color del círculo, cuya anchura era de 12 cm, tenía un
intenso color verde oscuro. Se han tomado muchas fotografías y éste
se puede ver hasta el día de hoy.
En el mes de marzo
del 2004, el césped fue segado dos veces sin que se haya destruido
el círculo. En
este lugar apareció la Madre de Dios en la fiesta de la Anunciación
del Señor, el 25.03.2003, Desde ese día, después de la Santa Misa,
desapareció el círculo.

Sievernich, 01.12.2003
La Virgen María, la Inmaculada, apareció
con el Niño Jesús en su brazo izquierdo, en el derecho tenía el
escapulario del Monte Carmelo (Virgen del Carmen) y un rosario
blanco. Ella dijo:
“Todo tiendrá lugar de la manera como lo desea mi divino Hijo Jesús.
Perded cuidado.
Yo os
recomiendo que os vistáis con el escapulario del Monte Carmelo (Virgen
del Carmen). Es la
consagración más profunda a mi Inmaculado Corazón.”
La
Madre de Dios con el Niño Jesús se dirigieron a las personas
presentes y Él las bendijo. Repentinamente, se abrieron ambos
Corazones saliendo de Ellos bellísimos rayos, éstos se dirigieron a
todos los presentes en la
iglesia.
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