Aparición del Rey de la Misericordia el 25.12.2022
Veo una clara esfera dorada la que desde afuera entra flotando en la habitación. La esfera se agranda en la habitación. Le siguen dos esferas de luz más pequeñas. Cada una de las cuales está flotando en el aire a la derecha e izquierda de la esfera mayor. Ahora se abre la esfera mayor de luz dorada y el Rey de la Misericordia sale de esa esfera de luz bajo el formato de Praga. El Niño Jesús tiene un manto entretejido de color rojo-/dorado, así como también su túnica está entretejida de rojo-/dorado. El manto está bordado con lirios dorados. En la parte delantera del manto veo bordados tres grandes lirios en flor. Una flor de lirio está inclinada hacia el lado derecho, otra flor de lirio se encuentra en la mitad y una está inclinada hacia el lado izquierdo.
Sobre su pecho lleva un corazón dorado y abierto y una cruz de rubíes rojos muy brillantes. Nuestro Rey Celestial lleva sobre Su cabeza una gran corona de oro y el Niñito Jesús tiene en su mano derecha un cetro de oro. Sus cabellos son rizados de color marrón oscuro y sus ojos son azules.
Ahora se abren ambas esferas de luz más pequeñas y dos ángeles salen de ambas esferas de luz. Ambos ángeles están vestidos con sencillas túnicas blancas y luminosas, ellos se arrodillan ante el Rey de la Misericordia y extienden su manto. El Rey Celestial levanta un poco Su cetro y dice:
“En el Nombre del Padre y del Hijo – Ese soy Yo – y del Espíritu Santo. Amén. Yo os deseo consolar y regalarles Mi amor. Por amor Me hice Hombre. No apago la mecha mortecina y no parto la caña quebrada. Yo soy vuestro Rey, un Rey de la Misericordia! Yo me hice Hombre para prepararles una morada en la casa de Mi Padre Celestial. El cielo es vuestra morada, queridas almas, no lo olvidéis! Yo deseo santificar a los pueblos, para que así podaís ir al Padre Celestial. Vuestra riqueza ante el Padre es el amor, las buenas obras que habéis acumulado durante vuestra vida, las que lleváis en vuestro corazón.
Vosotros podéis acumular riquezas y ser admirados en el mundo. Pero todo esto no cuenta ante el Padre, cuando a las buenas obras le falta el amor. El mundo os conducirá al abismo con todos sus honores, los que los hombres se conceden los unos a los otros.
Hoy he venido a tí, para dar consuelo y esperanza a los enfermos. Yo quiero levantar a los oprimidos, cuando éstos me ofrezcan este pequeño rosario (anotación personal: el rosario al Niño Jesús de Praga). En estos días quiero llenar de gracias, a las almas que abran su corazón! Tan solo se necesita un poco de vuestro tiempo, para estar Conmigo. Orad! Orad y pedid por la reparación de los pecados ante el Padre Celestial. Los Mandamientos del Padre Eterno ya no están grabados en la conciencia de muchos hombres. Mi Santísima Madre pide por la paz ante el trono del Padre Eterno. Ella es incansable. ¿Sabéis vosotros, queridas almas, que también San José, mi padre adoptivo y San Juan Bautista oran mucho por vosotros? San José pide por la iglesia y las familias ante el Trono del Padre. San Juan pide por la iglesia, en especial por los consagrados a Dios. El amor del cielo deberá, queridos amigos, abrazarles con todas vuestras oraciones.“
Ahora, el divino Niño toma su cetro hacia Su Corazón, el que se transforma en el hisopo de Su Preciosa Sangre y con éste nos bendice: “En el Nombre del Padre y del Hijo – Ese soy Yo – y del Espíritu Santo. Amén.“
El Rey de la Misericordia tiene en su mano izquierda la Vulgata (Anotación personal: Sagradas Escrituras), la que se abre y brilla. Se abre una página. Pero no puedo ver ningún texto bíblico como de costumbre, sino que veo varias escenas del nacimiento de Jesús. El Rey del Cielo nació en una sencilla gruta, la que servía para proteger al ganado. Una maravillosa luz rodeaba la gruta y una estrella apareció en el cielo. El vestido de la Madre de Dios, el cual llevaba puesto durante el nacimiento de Jesús, era de color natural, sin tinte ni costuras. Tenía un significado especial, el porqué las túnicas o vestidos estaban hechos sin costura. Sin embargo, no conozco la razón.
El Rey de la Misericordia dice:
“Permaneced fieles a Mí! Yo soy vuestro Señor y Salvador, y vengo a vosotros como Niño. Tened cuidado con la dignidad de los hijos de Dios! No os desviéis del camino que Yo os he indicado. Quien Me ama, guarda los Mandamientos del Padre. Quien escucha la Palabra del Padre, Me escucha. Abrid vuestro corazón, para que así Yo pueda hacer una morada en vuestro corazón. Orad mucho, pues los corazones se enduracen en el mundo. Prestad atención a mis Palabras y llevadlas al mundo, para que de esta manera los hombres encuentren la paz. Preparaos: vosotros almas que oran, sacad fuerza, cuando Yo vengo a vosotros durante la Santa Misa bajo el aspecto de la Sagrada Hostia. Yo vengo a vosotros, para que los hombres se salven. Yo no quiero su muerte. Yo quiero que se salven, porque Yo soy el Salvador mismo. Yo soy el Amor mismo. Adieu!“
El Rey de la Misericordia todavía me dice: En caso de que un sacerdote celebre la Misa en la iglesia de Sievernich, Él hará su aparición y dará su mensaje del 25 del mes, y la acomodará para que todo esté bien. La Santa Misa tiene más valor que una aparición del Señor. Estas son las palabras del Rey de la Misericordia.
El Rey del Cielo regresa a la esfera de luz y desaparece. Ambos ángeles hacen lo mismo.
Este mensaje se dará a conocer, sin querer anticiparse al juicio de la Iglesia!
Explicación sobre el vestido sin costura, respectivamente la túnica de la Madre de Dios
Túnica: originalmente: ....., transcripción: chitón
Sin costuras: originalmente ....., transcripción arrhaphos, pronunciado: ar'-hhraf-os. La definición es: no están cosidos entre sí, sin costura.
Las vestiduras de los sacerdotes deben ser algo especial y por lo tanto no deberán tener costuras sino ser tejidas. Por esta razón San Juan mencionó que, la túnica de Jesús era tejida y sin costura, con esto San Juan nos quiere recordar, que Jesús, el Hijo de Dios, es el Sacerdote eterno (Hebreos 4, 14).
El hecho de que, las túnica, “estaba tejida de arriba hacia abajo“ sin costura, escribe San Juan Crisóstomo, significa, que “la unidad que Cristo trae, viene de arriba, del Padre Celestial. Y por esto, aquel que la recibe, no puede ser dividida, sino que deberá ser aceptada en su totalidad.“ Y Ella, la Madre, es la eterna garante de este encargo.