El Rey de la Misericordia se me apareció el 30.11.2022 alrededor de las 17,50 horas mientras yo cuidaba de los caballos
El Rey de la Misericordia estaba vestido de color violeta (morado) bajo la forma de Praga con una corona de oro. Él flotaba en el aire, estaba rodeado de una luz y dijo:
“Conmigo, tu Señor y Dios, asaltas las murallas.“
Repentinamente una luz horizontal emanó de Él. Se extendió por todo el espacio exterior. Luego desapareció la aparición.
En internet miré las palabras clave de la Biblia con referencia a la aseveración del Señor. Efectivamente, nuevamente encontré la afirmación del Divino Niño en el Salmo 18.
Este mensaje se da a conocer sin querer anticiparse al juicio de la iglesia!
Copyright!
Sal 18:1 Del maestro del coro. Del siervo de Yahvé, David, que dirigió a Yavé las palabras de este cántico el día en que Yahvé lo libró de todos sus enemigos y de las manos de Saúl. Dijo:
Sal 18:2 Te quiero. Yahvé, mi fortaleza (mi salvador que me salva de la violencia).
Sal 18:3 Yahvé, mi roca y mi baluarte, mi liberador y mi Dios; la roca en que me amparo, mi escudo y mi fuerza salvadora, mi ciudadela y mi refugio.
Sal 18:4 Invoco a Yahvé, digno de alabanza, y me veo libre de mis enemigos.
Sal 18:5 Las olas de la muerte me envolvían, me espantaban los torrentes destructores,
Sal 18:6 los lazos del Seol me rodeaban, me aguardaban los cepos de la muerte.
Sal 18:7 En mi angustia grité a Yahvé, pedí socorro a mi Dios; desde su templo escuchó mi voz, resonó mi socorro en sus oídos.
Sal 18:8 La tierra rugió, retembló, temblaron las bases de los montes (vacilaron bajo su furor).
Sal 18:9 De su nariz salía una humareda, de su boca un fuego abrasador (y lanzaba carbones encendidos).
Sal 18:10 Inclinó los cielos y bajó, con espeso nublado a sus pies;
Sal 18:11 volaba a lomos de un querubín, sostenido por las alas del viento.
Sal 18:12 Se puso como tienda un cerco de tinieblas, de aguas oscuras y espesos nubarrones;
Sal 18:13 el brillo de su presencia despedía granizo y ascuas de fuego.
Sal 18:14 Tronó Yahvé en el cielo, lanzó el Altísimo su voz;
Sal 18:15 disparó sus saetas y los dispersó, la cantidad de rayos los desbarató.
Sal 18:16 El fondo del mar quedó a la vista, los cimientos del orbe aparecieron, a causa de tu bramido, Yahvé, al resollar el aliento de tu nariz.
Sal 18:17 Lanzó su mano de lo alto y me agarró para sacarme de las aguas caudalosas;
Sal 18:18 me libró de un enemigo poderoso, de adversarios más fuertes que yo.
Sal 18:19 Me aguardaban el día de mi ruina, más Yahvé fue un apoyo para mí;
Sal 18:20 me sacó a campo abierto, me quería y me salvó.
Sal 18:21 Mi rectitud recompensa Yahvé, retribuye la pureza de mis manos,
Sal 18:22 pues guardé los caminos de Yahvé y no me rebelé contra mi Dios.
Sal 18:23 Pues tengo presente sus normas, sus preceptos no aparto de mi lado;
Sal18:24 he sido irreprochable con él. Y de incurrir en culpa me he guardado.
Sal 18:25 Yahvé retribuye mi rectitud, la pureza de mis manos que él conoce.
Sal 18:26 con el leal te muestras leal, intachable con el hombre sin tacha;
Sal 18:27 con el puro eres puro, y sagaz con el ladino;
Sal 18:28 tú que salvas a la gente humilde y abates los ojos altaneros.
Sal 18:29 Tú Yahvé eres mi lámpara, mi Dios que alumbra mis tinieblas;
Sal 18:30 con tu ayuda yo fuerzo el cerco, con mi Dios asalto la muralla.
Sal 18:31 Dios es íntegro en su proceder, la palabra de Yahvé acrisolada, escudo de quienes se acogen a él.
Sal 18:32 Pues ¿quién es Dios fuera de Yahvé? ¿Quién Roca, sino sólo nuestro Dios?
Sal 18:33 El Dios que me ciñe de fuerza y hace mi conducta irreprochable,
Sal 18:34 que hace mis pies como de cierva y en las alturas me sostiene en pie,
Sal 18:35 que adiestra mis manos para la lucha y mis brazos para tensar el arco.
Sal 18:36 Tú me das tu escudo victorioso, (tu diestra me sostiene), multiplicas tus cuidados conmigo,
Sal 18:37 al andar ensanchas mis pasos, mis tobillos no se tuercen.
Sal 18:38 Persigo a mis enemigos, les doy caza, no vuelvo hasta que acabo con ellos;
Sal 18:39 los machaco, no pueden levantarse, sucumben debajo de mis pies.
Sal 18:40 Me ciñes de valor para el combate, sometes bajo mi pie a mis agresores,
Sal 18:41 pones en fuga a mis enemigos, exterminas a los que me odian.
Sal 18:42 Piden auxilio y nadie los salva, a Yahvé, y no les responde.
Sal 18:43 Los reduzco como polvo al viento, los piso como barro de las calles.
Sal 18:44 Me libras de los pleitos de mi pueblo, me pones al frente de naciones; pueblos desconocidos me sirven;
Sal 18:45 los extranjeros me adulan, todo oídos me obedecen,
Sal 18:46 los extranjeros se acobardan, dejan temblando sus refugios.
Sal 18:47 Viva Yahvé, bendita sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios salvador,
Sal 18:48 el Dios que me concede la venganza y abate los pueblos a mis plantas!
Sal 18:49 Tú me libras de mis enemigos, me exaltas sobre mis agresores, me salvas del hombre violento.
Sal 18:50 Por eso te alabaré entre las naciones, en tu honor, Yahvé, cantaré.
Sal 18:51 Él ennoblece las victorias de su rey y muestra su amor a su ungido, a David y su linaje para siempre.
(Tomado de la Biblia de Jerusalén 1995)